viernes, septiembre 18, 2009

Selva Negra (V): Baden-Baden

El día siguiente me trasladé a Baden-Baden, la ciudad que en el siglo XIX se convirtió en el lugar de descanso de la burguesía europea. Entonces allí surgieron grandes establecimientos termales, teatro, hipódromo y el casino, uno de los más lujosos del mundo. Se dice que el emperador romano Caracalla frecuentaba el lugar, y en su recuerdo unas de las termas de la actualidad llevan su nombre. Me alojé en un pequeño hotel cerca de la céntrica Augustaplatz.


Comencé mi paseo por la Lichtentaler Alle, que empezó su vida como un estrecho sendero, bordeando campos y pastos, y ahora es un bulevar mundialmente famoso. Allí se puede ver a gente paseando, en bici, refrescándose en el río o descansando en alguna de las terrazas privadas que tienen los hoteles.


Junto a ella está la Milla Cultural, en la que se encuentra el Staatliche Kunsthalle, la Galeria Estatal de Arte, que tiene una fachada neoclásica diseñada por los arquitectos Hermann Billing y Wilhelm Vittali. No contiene exposiciones propias, sino que exhibe exposiciones de arte itinerantes, procedentes de todas partes del mundo. Me encantó como habían decorado la cafetería.


Junto a ella se encuentra el Museum Frieder Burda, un museo con luz natural diseñado por el famoso arquitecto Richard Meier, que contiene una colección con mas de 500 pinturas, dibujos, esculturas y objetos, que muestran la historia del arte de los últimos 100 años, con obras de expresionistas alemanes y americanos.


Siguiendo por el bulevar se llega al teatro, un fascinante edificio cuyo exterior cautiva por su arquitectura de estilo Belle Epoque, similar a la de la ópera de París.


Junto al teatro está el Kurhaus, también con la maravillosa elegancia de la Belle Epoque, fue construido entre 1821 y 1824 por Friedrich Weinbrenner, con unos elegantes salones de banquetes para todas las ocasiones especiales. Tiene unos inmaculados jardines, con un escenario en forma de cúpula donde da conciertos al aire libre la Filarmónica de Baden-Baden. Y por supuesto el Casino, al que Marlene Dietrich llamó "el mas bello del mundo".


Seguí hasta la Trinkhalle, donde los ricos y famosos no sólo probaban las aguas medicinales sino que paseaban y mostraban sus mejores galas, y ahora está ocupado en parte por la Oficina de Turismo. Su entrada la forma una galería de columnas corintias y espectaculares murales.


Desde tiempos de los romanos, la gente viene a este lugar para disfrutar del poder curativo de su agua. Así que no hay que dejar de pedir un vaso en la cafetería y dar un saludable trago en la fuente, aunque con cuidado, que sale muy caliente. Surge de una profundidad de unos 2.000 m. alcanzando la superficie con temperaturas de entre 50°C y 68°C, y con un extraño sabor debido al cloruro sódico que contiene y las pequeñas cantidades de otros minerales tales como: lito, cesio, dióxido de silicio, ácido bórico, manganeso, magnesio, así como rastros de cobalto, zinc y cobre.

3 comentarios:

Paloma Abad dijo...

Yo tengo a Baden Baden mitificado. ¿No es ahí dnd sissi emperatriz pasaba ratos?
Lo dicho, mitificado! :)

Unknown dijo...

Me gusta la cafeteria cebra. Las aguas esas supuestamente medicinales me dan un asco horrible, yo creo que son venenosas, pero nadie se atreve a decirlo.

Masmi dijo...

Paloma: no sabía lo de Sissi, pero buscando ahora he visto que sí, que pasaba temporadas allí. Y también Dostoievsky, que frecuentaba mucho el casino ;-)

Fanma: solo pude dar un par de sorbos pequeños del agua, si que tiene un sabor desagradable.