Baixa fue históricamente la extensión natural de la vieja Lisboa que crecía en las laderas de la colina del Castelo de São Jorge, y es hoy el centro financiero y comercial de la ciudad y una zona de gran animación durante todo el día. Terriblemente afectada por el terremoto de 1755, la Baixa debió ser reconstruida totalmente por el Marqués de Pombal. Las características calles en cuadrícula mantuvieron los antiguos nombres de las actividades que en ellas se desarrollaban: Rua da Prata, Rua Aurea, Rua dos Sapateiros... y la Rua Augusta, donde abundan los cafés y las tiendas, desde donde se ve el Arco Triunfal neoclásico que da acceso a la Praça do Comércio.
La Praça de D. Pedro IV, más conocida por su antiguo nombre Rossio es el centro neurálgico de Lisboa desde hace varios siglos. Sus sobrios edificios de estilo pombalino, están ocupados por tiendas de recuerdos, joyerías y cafeterías. En el centro se encuentra la estatua de D. Pedro IV, el primer emperador del Brasil independiente. A medidados del siglo XIX la plaza fue cubierta por mosaicos blancos y negros formando dibujos, como es típico en la capital portugesa. En la cara norte de la plaza se encuentra el Teatro Nacional Dona Maria II, que recibió el nombre de la hija de D. Pedro, D. María II. La estructura neoclásica fue construida en la década de los 40 por el arquitecto italiano Fortunato Lodi. El interior fue devastado por un incendio en 1964 y reconstruido en la década de los 70.
A pocos pasos se encuentra la Praça da Figueira, que no existía en el siglo XVI y el emplazamiento estaba ocupado por el Hospital Real de Todos los Santos. Seriamente dañado durante el terremoto de 1755, el edificio del hospital nunca fue reconstruido y fue completamente demolido veinte años más tarde. En el gran espacio que quedara vacío vio su nacimiento un gran mercado a cielo abierto, donde abundaban las frutas y verduras. La modernización y la necesidad de ampliar las redes viales en Lisboa hicieron que en 1947 se decretara el fin del mercado de la Praça da Figueira. Hoy la plaza es un amplio espacio donde reinan las palomas en torno a la estatua ecuestre del rey Dom João I.
En la calle del mismo nombre se puede ver la Igreja da Madalena. La que existe actualmente es el resultado de varias reconstrucciones de la iglesia que se construyó en 1150 o 1164, por orden de D. Afonso Henriques. En 1363 la destruyó un incendio, en 1600 fue parcialmente destruida por un ciclón, y de nuevo en 1755 por el terremoto.
También a un paso de Rossio se encuentra la Praça dos Restauradores, que conmemora la liberación del país del dominio español en 1640. En el centro de la plaza se encuentra el obelisco con las figuras de bronce del pedestal que representan la Victoria, con una palma y una corona, y la Libertad.
La plaza rectangular está rodeada edificios del siglo XIX y comienzo del XX, destacando el antiguo Cine Éden, con una hermosa fachada Art Deco que data de la década de 1930, obra del arquitecto Cassiano Branco.
Junto a ella está la Estação Ferroviária do Rossio, que fue diseñada entre 1886 y 1887 por el arquitecto portugués José Luís Monteiro. Destaca su hermosa fachada neo-manuelina que es una romántica recreación del exuberante estilo manuelino, típico de principios del siglo XVI.
Subiendo desde Rossio se accede al Convento do Carmo, que era la mayor iglesia gótica de la ciudad, y quedó en ruinas debido al terremoto de 1755 y así permanece como testigo todavía visible del desastre que asoló la capital portuguesa.
El cuerpo principal de la iglesia y el coro, cuyo techo resistió el terremoto, se han rehabilitado y ahora es la sede del Museu Arqueológico do Carmo, con una pequeña pero interesante colección del Paleolítico y Neolítico portugués, donde destacan las piezas de las excavaciones prehistóricas de una fortaleza cerca de Azambuja.
Y paseando por Baixa me encontré con una tienda alucinante, A Outra Face da Lua, que tiene una selección exclusiva de ropa de época y accesorios, ropa recicladas, papel de pared, juguetes de hojalata, zapatos y productos tradicionales portugueses como el jabón Clarim. Además disponen de cafetería.
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12 comentarios:
Tan bonita como recordaba la ciudad. Además el clima creo que le acompañó, no tanto a ti, porque parece que hacía algo de frío y humedad, pero es que es lo que le pega.
Con la historia de fuegos y terremotos de Lisboa es sorprendente que siga en pie!
Hay que ver todo lo que ha resistido.
Me hizo bastante buen tiempo, no me puedo quejar, y mas teniendo en cuenta que era enero. Lo único la niebla por las mañanas, y el último día se puso a lloviznar, pero cuando yo ya me volvía.
ay que gustazo!!!
Yo tengo que volver prontooooo
por cierto como es Lisboa II, y el I me lo he perdido??
Voy a buscar inmediatamente.
Si, si, está por ahí abajo :-D
Lisboa es bonita, bonita. Y que decir de los lisboetas, un gustazo!
Insisto... asignatura pendiente ir a Lisboa. Y a la tienda esta también... un día me voy a rapar la cabeza para poder llevar sombreros...
Tienes que ir, tienes que ir.
Con lo último me has matao! jajaja
Mira, porque Celestina ya aprendió en su día lo que es Vintage que si no le diría que se pasase por esta tienda, je je je
A mi me encantó. Hoy se la he enseñado a una compañera de trabajo y alucinaba. Me ha dicho que se tiene que ir a Lisboa de compras, no te digo mas ;-)
Que chulas todas las fotos...
La tienda tiene buena pinta, pero con cafetería???
Gracias, gracias.
La tienda está fenomenal, y tiene un cafetería muy chula en una esquina y ponen terraza en la calle. Cuando puedas entra en su web y veras mas fotos, y catalogo de lo que venden.
Pero Masmi me estas incitando a entrar en la web de una tienda..., que te tengo dicho???
Tranquila, en esta tienda no puedes comprar, a no ser que vayas a Lisboa ;-)
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