Lisboa tiene un accidentado perfil, de un barrio a otro hay cuestas tan pronunciadas que se dotó de unos elevadores mecánicos, una especie de ascensores urbanos, que permiten ascender estos abruptos pasos sin esfuerzo. Hoy en día tienen un uso principalmente turístico. Uno de estos elevadores es el Elevador de Santa Justa, situado en el cruce de las ruas de Aurea y Santa Justa, y las comunica con el Convento do Carmo. Se trata de una torre levantada entre 1900 y 1902, y que con sus 45 metros de altura comunica el Baixa con el barrio de Chiado.
Esta torre fue ideada por Raoul Mesnier du Ponsard, que también se responsabilizó, en esta misma ciudad, de la construcción del Elevador do Lavra. No está probada la relación de este ingeniero con el famoso Gustave Eiffel. Sólo se sabe que el ingeniero Raoul Mesnier y el arquitecto francés Louis Reynaud aplicaron en estos elevadores algunas de las técnicas y materiales ya utilizados en Francia.
El elevador ha perdido su funcionalidad práctica como medio de transporte, permaneciendo como una atracción turística lisboeta. La estación de metro Baixa - Chiado ha unido los dos barrios mediante un sistema de escaleras mecánicas que puede ser atravesado sin billete.
Su estructura metálica es enteramente de hierro. La decoración es de estilo neogótico, con un diseño diferente en cada uno de sus niveles. Los dos ascensores de su interior están revestidos de madera y pueden albergar 24 personas cada uno.
Al último nivel se accede a través de una escalera helicoidal que termina en una terraza desde donde se puede admirar una panorámica de la ciudad con el Castelo de São Jorge, la plaza del Rossio y el barrio de la Baixa.
El Elevador de Santa Justa se distingue de los demás elevadores por ser el único configurado como ascensor urbano vertical. Los otros elevadores lisboetas: el Elevador da Glória, el Elevador da Bica y el Elevador do Lavra son en realidad funiculares, pequeños tranvías que permiten ascender y descender las pronunciadas pendientes de la ciudad.
El funicular más popular es el "Elevador da Glória", en primer lugar debido a su utilidad para la población local (ya que conecta la plaza de Restauradores y Bairro Alto), y porque está situado junto a una de las oficinas de información turística. Inició sus servicios el 24 de octubre de 1885.
En la parte superior se encuentra, en su lado derecho, el mirador de San Pedro de Alcántara, que ofrece una hermosa vista de Lisboa.
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11 comentarios:
Eso es lo que le hase falta a Buñol.
Unos ascensores en el castillo, en los escaleretes etc...
Buenas pajarillo!! No vendría nada mas para subir al castillo, o por lo menos unas escaleras mecánicas!! :-)
hay que de recuerdos!!!!
Aunque cuando subí con el elevador de santa Justa, me quedé alucinada al ver el barecillo montado en la terraza, si me da un mareo allí, no caigo al suelo del poco espacio que había, sobraba totalmente el barecillo.
Te puedes creer que con esas luces de noche no lo reconocía el elevador de Santa Justa???
A mi me daba un poco de miedo con lo antiguos que son los "trenes" y esas pendientes..., uffff
Conxa: cuando subí yo era tan pronto que no había nadie, y el barecillo estaba cerrado. Pero si que es una pasada que esté allí arriba con lo pequeño que es.
Miracles: con la iluminación nocturna estaba precioso. Yo es que soy un temerario, me encanta subir y bajar con ellos :-D
TENGO QUE IR!
Sin falta!! Y ahora lo tienes bastante cerquita.
Besos
Lo has conseguido campeón :-)
Iremos a Lisboa en breve, así que lúcete con la guía de viajes ;-)
Yo también subí de noche la otra vez, tan de noche que tampoco había nadie. Los funiculares tienen un encanto especial y una inclinación especial también. Supongo que mañana o pasado se tratarán los tranvías ;-)
Caerán, caerán también los tranvías.
Vais a ir! Que bien!!!
Os alojareis en el Lounge Hostel? Tienen otro mas nuevo ;-)
oye que curioso. Me encanta la tecnología retro, con muchos tornillos y tuercas y ese toque entre elegante y resistente.
Siguen igual que hace un siglo, y funcionando de maravilla. Es encomiable el perfecto estado de mantenimiento en que los conservan. Ya verás los tranvías.
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