El 19 de septiembre se celebró una nueva edición de La Noche en Blanco, el cuarto año consecutivo en que la noche madrileña se llena de actividades culturales.
En el Matadero se celebró un concierto con el nombre En Femenino, donde participaron únicamente mujeres. En primer lugar vi a Ashela, cantante y compositora desde que era una niña, formó su primer grupo con trece años, y en enero de 2007 decide emprender carrera en solitario, grabando el disco "La herida", un trabajo basado en la fusión, compuesta por temas que acarician libremente todos los sonidos desde el pop hasta el rock, pasando por el flamenco y el country.
Luego actuó Mary Hampton, una veinteañera de Brighton que está en el centro del revival de folk británico de los sesenta y setenta. Pero por encima del peso de la influencia de la tradición y el pasado, sus historias dejan entrever una sensibilidad y una manera de entender los recuerdos, la infancia o la naturaleza propias, a la altura de sus discos, canciones y cantautores favoritos.
Después subió al escenario Julia Kent, la chelista conocida internacionalmente como parte indisoluble del grupo Antony & the Johnsons, y que es también una artista de larga y prolífica trayectoria, que incluye diversas grabaciones propias. La suya es una propuesta experimental en la que su chelo, enriquecido una y otra vez con pistas superpuestas, dialoga con un universo de sonidos concretos, creando una atmósfera que evoca viajes, tránsitos y paisajes.
Y terminé los conciertos de la noche con Boat Beam, la americana, la australiana y la canadiense que cada vez están tocando mas y haciéndose cada vez mas conocidas. Estas chicas cautivan con las cuerdas de una guitarra, del chelo y la viola, unidas al piano y a unas voces dulcisimas.
Michael Kiwanuka / Small Changes
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