El 9 de agosto fui a la terraza de La Casa Encendida para ver un nuevo concierto dentro del ciclo Música en la Azotea. En esta ocasión actuaba Karl Blau, un tipo bastante inquieto ya desde el lanzamiento de su debut, “Beneath Waves”, donde coqueteaba con los sonidos tradicionales del folk y blues desde una postura atípica, pero nunca rebelde, sino relajada, casi ingenua.
Nacido, criado y residente en la actualidad en el diminuto Skagit Valley (Washington) en sus canciones nos invita a su recoveco más íntimo, a su propio habitat. Apareció con dos coletas, pantalón corto y extrañas sandalias, pero tardamos muy poco en dejar de mirar su pinta para concentrarnos en su música. Se acompaño de su guitarra, jugando con pedales y elementos electrónicos sencillos.
Enraizado en el folk de su país, impregna a sus canciones de una melancolía suave, tierna, que seduce, que hace de lo imperfecto su seña de identidad. Una música excelente para pasar una deliciosa tarde con buenos amigos.
El noir con sabor a fresa de Desire encandila a Barcelona
-
Desde 2011 ha sido imposible referirse al tipo de synth-pop nocturno que
imagina largos viajes en coche y paisajes de luces de neón sin mencionar la
pala...
Hace 33 minutos
4 comentarios:
pues amenizando la jornada con Karl Blau estoy. Que llevo mucho retraso....
Espero que Karl Blau te haya alegrado la mañana :-)
Me encantó este muchachote, y las tapitas de después aún más, jo jo jo
Nos lo pasamos muy bien viéndole, y luego también, jejeje
Publicar un comentario