Cuando terminó se quedó a compañar a Peter Broderick, un joven norteamericano de Portland, de 22 años, hoy residente en Dinamarca, y que apunta a músico de culto. Podría ser un cruce entre la voz de Bon Iver, la guitarra de Nick Drake, los colchones sonoros de Matt Eliott (juega a la técnica del collage en directo y le pone ribetes electrónicos) y la crudeza de un M Ward, para el que por cierto ha tocado, y también con She & Him, Laura Gibson y Dolorean. En la mayoría de casos, sus punteos de banjo o mandolina, sus adornos de acordeón o trompeta y sus contribuciones desde el piano han enriquecido discos de country-folk cálido, mullido y reflexivo.
En mayo de 2007 se unió al colectivo danés Efterklang, mudándose a Copenhague y uniéndose a ellos en sus giras por todo el mundo. Desde entonces, y dentro de su aventura personal, Peter ha sacado un EP de piano llamado "Docile" para el sello sueco Label Kning Disk, y posteriormente se editó su álbum de debut "Float", basado en composiciones para cuerda y piano. Nos tenía acostumbrados a un instrumentalismo gélido, pero hace unos meses se lanzó a cantar.
Su mas reciente trabajo es “Home”, un disco hipnótico, exuberante en emociones, una auténtica joya por descubrir, con el que parece haber dejado a un lado las teclas y redirigido sus pasos hacia un folk de delicadeza extrema, con canciones que se mantienen sobre sólidas estructuras armónicas, y donde las guitarras mandan, y el armonio o el xilófono dan belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario