Baltasar Lobo en el Paseo de El Prado

El 16 de noviembre salió una mañana estupenda y me fui a pasear por el Paseo de El Prado, y así ver las esculturas de Baltasar Lobo, que el CaixaForum ha expuesto allí. Baltasar Lobo es un escultor nacido en Cerecinos de Campos (Zamora) en 1910 y fallecido en 1993(París), sus trabajos están presentes en el paisaje urbano de otras ciudades europeas como Zurich o París, a que a pesar de no tener demasiada difusión en nuestro país, si obtuvo un gran reconocimiento internacional, y constituye un eslabón necesario para entender la transformación de la escultura moderna en su tránsito desde la figuración al informalismo.


En su escultura confluye la fluidez de la obra de Brancusi y de Arp con las formas esquemáticas del arte ibérico. Esta es una selección de sus 16 obras más monumentales, de diferente épocas, clásicas y vanguardistas.
Lobo desde muy joven llamó la atención su enorme habilidad para el modelado y muy pronto, a los 12 años, entró como aprendiz en el taller del escultor Ramón Núñez, en Valladolid. Gracias a una beca pudo continuar su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Después de la Guerra Civil, por ser militante de la CNT, tuvo que emigrar a Francia donde desarrolló una brillante carrera como escultor, entabla amistad con Pablo Picasso y el escultor Henri Laurens, en cuyo taller trabajará unos años y de quién tomará su interés por simplificar las formas, su afición por los volúmenes curvilíneos, así como su concepto de estructuración poscubista de la escultura.


Hasta 1960, cuando el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid organizó una retrospectiva de su trabajo, la obra del artista zamorano era prácticamente desconocida en España. Su cuerpo está enterrado en el Cementerio de Montparnasse, en la capital gala, y Zamora alberga un museo dedicado a su memoria, que en breve debería ser trasladado al Castillo de la ciudad, cuando acabe la rehabilitación que está llevando a cabo Rafael Moneo.