Estaban presentando su tercer disco en nueve años "Declaration of Dependence". Comenzaron ellos solos con sus guitarras, y ‘Toxic Girl’ y ‘The Girl From Back Then’ sonaron maravillosas, acompañadas por un silencioso y respetuoso público que vibraba intensamente. Øye detuvo un momento el concierto para contar la historia de su tía-abuela, que había estado en Madrid como corresponsal en la Guerra Civil.
En la segunda parte se les unieron un violinista y un bajista. Y entonces fue cuando la cosa se animó definitivamente, especialmente gracias a la desparpajo y la excentricidad de Øye, que ya sabía que era un showman por su proyecto en solitario The Whitest Boy Alive. ‘Stay Out Of Trouble’ sonó sencillamente mágica con esos increíbles armónicos de violín, y ‘Boat Behind’ levantó definitivamente al público de de sus asientos.
Después del concierto organizaron una fiesta para los asistentes en la sala Caracol. Øye estuvo poniendo todo tipo de música, desde The Cure hasta reagge, electrónica o disco, con su ordenador al borde del escenario y bailando en la pista con todo el mundo. De lo mejor, su padre, que también estuvo toda la noche bailando y con el que cantó un par de canciones a capella.
2 comentarios:
Que guay...yo quiero irme de marcha con minimaki cuando sea mayor
Si tu sigues con ganas de marcha, yo si lo veo. Eso sí, cuando pasé la adolescencia, que entonces no querrá saber nada de nadie, jejeje
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