miércoles, junio 16, 2010

Italia (y XIII): Ravenna

Luego pasé al Battistero Neoniano o Battistero Degli Ortodossi, la más antigua de las ocho estructuras de Rávena inscritas en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Es el mejor y más completo ejemplo superviviente de un baptisterio de los primeros tiempos del cristianismo que retiene la fluidez en la representación de la figura humana derivada del arte greco-romano. En parte se construyó sobre una terma romana.


La estructura es de planta centralizada octogonal es de ladrillo y fue construida por el obispo Urso a finales del siglo IV o principios del V, como parte de su gran basílica (destruida en 1734). El diseño octogonal del edificio, empleado prácticamente en todos los baptisterios del primer cristianismo, simboliza los siete días de la semana más el Día de la Resurrección y la Vida Eterna. El centro de la cúpula está ocupado por un mosaico que representa a Juan el Bautista bautizando a un Jesús con barba en pie con el agua hasta la cintura en el río Jordán, que está mostrado en los velos. Más abajo, y en torno a la escena del bautismo de Cristo está representada una procesión procesión de los doce apóstoles en dos direcciones, acabando con San Pedro encontrándose con San Pablo.


Después visité la tumba de Dante Alighieri, que fue desterrado de Florencia y acogido en 1317 en Ravena, por Guido Novello da Polenta, en cuya corte compuso una parte de la Divina Comedia. El templete que hospeda sus restos fue construido en 1780 por Camillo Morigia.


Seguí hasta Basílica de San Apolinar Nuovo, que fue edificada por Teodorico a principios del siglo VI y destinada a las funciones religiosas de los arrianos; y que en la segunda mitad del mismo siglo fue transformada en iglesia católica. Se trata de un edificio con tres naves, la central, que es el doble de ancha que las laterales, termina en un ábside semicircular, y está delimitada por doce pares de columnas enfrentadas que sostienen arcos de medio punto. Algunos mosaicos son del periodo de Teodorico y otros pertenecientes a la reestructuración ordenada por el obispo Agnello, cuando se reconsagró el edificio al culto cristiano católico.


Las paredes de la nave central están divididas en tres zonas bien diferenciadas por su decoración. La parte más alta está decorada con una serie de recuadros alternados con el motivo alegórico de un pabellón con dos palomas. La parte central cuenta con recuadros entre las ventanas que enmarcan sólidas figuras de Santos y Profetas con túnicas sombreadas. La parte inferior es la de mayor tamaño. En los muros de la derecha se representa el famoso Palacio de Teodorico. En las paredes frontales está representado en cambio el Puerto de Classe, que en aquella época era el mayor de todo el Adriático, además de una de las principales sedes de la flota imperial romana. Las procesiones contrapuestas de los Santos Mártires y las Santas Vírgenes muestran algunos caracteres propios del arte del Imperio de Oriente como la repetición de los gestos o el preciosismo de la indumentaria.


Terminé mi visita en el Battistero degli Ariani, y fue erigido por el rey ostrogodo Teodorico el Grande entre finales del siglo V y principios del siglo VI. Se le llama arriano para diferenciarlo del Baptisterio ortodoxo. Los dos edificios, aun destinándose a la misma función, eran cada uno propio de una de las dos comunidades cristianas que coexistían entonces en Rávena. En 565, después de la condena del culto arriano, esta pequeña estructura de ladrillo octogonal fue convertida en un oratorio católico con el nombre de Santa Maria. El baptisterio es de forma octogonal; dentro hay cuatro huecos y una cúpula con mosaicos, representando el bautismo de Jesús por san Juan Bautista. Jesús aparece sin barba y desnudo, semisumergido en el Jordán. Juan el Bautista luce una piel de leopardo.
Luego volví a Bolonia, y el día siguiente temprano tomé el vuelo de regreso a España.

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