viernes, diciembre 12, 2008

Wintercase 2008 - Cuchillo, El Perro del Mar y Scott Matthew en Joy Eslava

El 29 de noviembre fui a Joy Eslava a ver el tercero y último concierto de la edición de este año del festival Wintercase. Los primeros en tocar fueron Cuchillo, el dúo formado por Israel Marco (guitarra y voz) y Daniel Dominguez (batería y percusión) que son uno de los nombres que están sonando con mas fuerza del nuevo indie nacional, gracias a su álbum de debut que lleva su mismo nombre. Loops de guitarra, armonías vocales y percusiones trabajadas que nos desvelan sus influencias del folk psicodélico y el kraut.


Después actuó El Perro del Mar, el proyecto musical de la sueca Sarah Assbring, cuya música a sido descrita como pop twee (cursi) lo-fi. Sarah se encontraba triste y confusa durante unas vacaciones en Fuerteventura, frustrada por no ser capaz de encontrar la manera de hacer realidad sus sueños y dar salida a su deseo de hacer música, cuando de pronto apareció un perro a la orilla del mar, en la playa, delante de ella, y la imagen del perro resultó de alguna manera ser reconfortante e inspiradora hasta el punto de que a su vuelta a Gothemburg empezó a componer de nuevo canciones.


Así en 2004 editaba, sólo para el mercado local sueco, un primer single de dos temas. En la primavera del 2005 recopila en forma de álbum "Look! It's El Perro Del Mar!" los temas que previamente había ido entregando en formato EP. Acaba de editar su segundo álbum "From the Valley to the Stars", que ha producido ella misma en Gothemburg y con el que vuelve casi mística, tanto en lo musical como en lo literario. Música intensa a pesar de sus formas simples, que bebe de sonidos añejos, del folk, el r&b, el pop o el soul de otras décadas, pero acaba devolviendo un eco propio, entre lo jovial y lo amargo, entre la luz y la sombra. Una voz emocionante y sedosa, melodías nostálgicas, y ritmos brillantes y minimalistas.


Y por último actuó Scott Matthew, el cantante nacido en Australia, donde formó la banda de punk pop Nicotine, y en 1997 se traslado a Brooklyn donde conoció al que fuera batería de Morrisey, Spencer Crobin, con el que grabó un EP bajo en nombre de Elva Snow.
Hace año y medio era un completo desconocido, hasta que participó en la película Shortbus de John Cameron Mitchell, que reivindicaba el libertinaje sexual como método para alcanzar el amor y la felicidad. Scott Matthew se interpretaba a si mismo. Era el delicado y cool barbudo que tocaba como 'residente' en un club imaginario llamado Shortbus.


Pocos artistas suenan tan melancólicos, directos y desnudos como Scott Matthew, es un ‘Quiet noise maker’, un hacedor de ruido silencioso en sus propias palabras. Las referencias más obvias son Antony and the Johnsons o Rufus Wainwright. Sus temas también tienen ese aire a cabaret, debido en parte a la delicada instrumentación. La base es un piano extremadamente sutil y un violonchelo que añade intensidad a la melodía. Eugene, la mano derecha del cantautor, aporta el ritmo con el bajo o toques de color con un diminuto instrumento surafricano, la kalimba, que se pulsa con los dedos. Sentado en un taburete, bebiendo vino, tocando a veces el ukelele, un instrumento muy apreciado por otro neoyorquino con el que tiene mucho en común, Stephin Merrit, el alma de Magnetic Fields. Interpretó sus precisos temas durante una hora larga, ante un público espectante y respetuoso, que calló cuando tuvo que callarse y rió los chistes de esa Reina queer encerrada en un cuerpo de gigante.

2 comentarios:

miracle dijo...

Madre mía la estética de todos es para comentarla en un blog de tendencias..., es un festival de gente estrafalaria por lo que veo...

Masmi dijo...

No, no, es un festival para gente que hace buena música, da igual las pintas que lleven ;-)